jueves, 25 de marzo de 2010

Rockaxis Comenta Regreso De Marilyn Manson







En junio de 2007 la revista norteamericana Spin puso en su portada a Marilyn Manson con el pretexto de hablar del que era su más reciente lanzamiento discográfico, "Eat me, drink me". Junto con una fotografía del rostro de Manson, la presentación de aquella edición incluía la pregunta: "¿El último rockstar?". Recordando los locos años de Manson a finales de los noventas, evitaremos caer en cuestionamientos y tomaremos aquellas palabras como una certeza.
Bien sabido es que desde el mismo día en que MTV inició sus transmisiones, el rock cambió para siempre. Cambió su impacto, cambió la forma de transmitirse y cambiaron las prioridades de la industria. Lo que se mantuvo imperturbable fue su espíritu, el motor de su existencia: la rebeldía. El problema es que aquella rebeldía siguió siendo subterránea y. ante la necesidad de aprovechar la extensión del negocio, ningún artista se atrevió a desafiar a la sociedad vía el aprovechamiento de los canales de transmisión más amplios que la industria ponía a disposición.
El abuso del malentendido glamour durante los años ochentas, terminó por convertir a las estrellas de rock en caricaturas del mal gusto y los clichés más absurdos y adolescentes para una música que exigía ser tratada con más respeto. Ningún personaje era digno del Olimpo y daba la impresión de que todos habían olvidado la escuela de la provocación de John Lennon, el esquivo intelecto de Bob Dylan, el dorado magnetismo de Robert Plant, el escandaloso atractivo de David Bowie e incluso la monstruosa repulsión que sigue provocando un tipo tan feo y desgraciado como Johnny Rotten.
Tras la muerte de Cobain (quizás el último en incorporarse a este corral) a mediados de los noventa, quedó el terreno fértil para el nacimiento de un nuevo icono, con talento, fuerza y ganas suficientes como para llamar la atención de todo el planeta. Sólo hubo una persona que vio la oportunidad, la tomó y fue exitoso en ello. Y ese es Brian Wamer, mundialmente conocido como Marilyn Manson.

Y AHORA, QUÉ
La dramática falta de "provocadores" en el mainstream desde los ochentas en adelante (las auténticas excepciones, encabezadas por Ozzy, no son más que los dedos de una mano) terminó convirtiéndose en un arma de doble filo para Manson. Porque del mismo modo en que su monstruosa presencia no tuvo parangón en los años de los "Antichrist Superstar" y "Mechanical Animáis", una vez que sus discos dejaron de llamar la atención de todo el planeta, la música perdió importancia y comenzaron los juicios de valor única y exclusivamente sobre su personaje.
No deja de ser llamativo que hayan pasado más de 10 años desde la explosión de Manson. Entremedio pasaron "Holy Wood" (con el sensacional single The Disposable Teens', en el 2000), "The Golden Age ot Grotesque" (2003) y el más reciente "Eat Me, Drink Me" (2007). Así también se supo de exposiciones de arte, conflictos sentimentales e innumerables conflictos con las más variadas organizaciones estadounidenses.
No sería una imprudencia señalar que la carrera de Marilyn Manson ya está mayormente hecha. Es por lo mismo que surge la pregunta, obvia, que debería ser respondida en las próximas páginas: ¿es todavía Manson un personaje relevante? Fanatismos y prejuicios de lado, vayamos paso a paso.
En los años de carrera de Manson, existieron 2 personajes que marcan un antes y un después en su vida. Uno de ellos fue Trent Reznor, quien descubrió a la agrupación en 1993. Y posteriormente, entraría en escena otro nombre indispensable en la evolución del Brian Warner músico: su mano derecha, Twiggy Ramírez.

Marilyn y Twiggy
Separaron caminos en 2002. Esto cambió inmediatamente el sabor en la música de Manson. Y eso es lo primero que debiese dirigir nuestras miradas al muy esperado lanzamiento 2009 que trae de regreso el trabajo conjunto de la pareja, "The High End Of Low".
Es el mismo Manson quien reconoce que "en estos últimos 2 años me han pasado cosas muy positivas. Y seguramente, el hecho de volver con mi mejor amigo, Twiggy, es de las más importantes. El hacer un disco juntos, imagínate, no nos habíamos visto en 6 años".
¿Es tan determinante el regreso del más exitoso partner compositivo de Manson? Los 2 trabajos que Marilyn publicó sin él, fueron tibiamente recibidos por la crítica. Todo lo contrario ha ocurrido con los primeros tracks surgidos de "The High End oí Low" a la luz pública, los promocionales We're From America' y 'Arma-Goddamn-Motherfucking-Geddon'. Ésta última con un video que mágicamente actualiza al Antichrist ad portas de una nueva década, pese a que el mismo intérprete tiene claro que "no hay ninguna opción de que la toquen en la radio".
Reciclando las palabras de Manson estos últimos meses, su nueva unión con Twiggy "va a trapear el piso con todo lo que hemos hecho anteriormente. Habrá solos de guitarra y gritos muy brutales. No me considero un ser intrínsecamente malo, pero cuando la gente oiga este disco, van a percibir una sensación maligna. Como Johnny Cash. En sus mejores y más oscuros años".
La confianza que Manson gana con su brillante espadachín de vuelta le inyectó nueva juventud al Reverendo. "Sí, es verdad. Recuperé mi fuego. Este álbum me ha llevado a nuevos extremos. Incluso yo. Aunque no me crean, hice algo 'responsable’ y el año pasado me inscribí y fui a votar. Pese a ser muy político en mis letras y las cosas que he dicho, estoy contra los políticos. Con Obama fue la primera vez que me sentí atraído por un político", apunta con su habitual toque de gracia.
Es en el tema político donde podemos hacer un alto en el camino. Porque es a raíz de lo sucedida el año pasado, en la mediática elección presidencial gringa, que uno puede preguntarse si Manson sigue siendo relevante en estos tiempos. En años en que todos dispararon contra la administración de Bush y politizaron su discurso, se extrañó un mayor protagonismo (o de manera más escandalosa, podríamos decir también) de quien en 1999 fue culpado sin misericordia de la matanza de Columbine... una de las mayores tragedias que recuerde Estados Unidos, el país al que le encanta causar tragedias fuera de sus fronteras.
El punto es que. A diferencia de prácticamente lodos sus colegas. Manson cantó contra el sistema y apuntó lo mal que estaba la sociedad americana mucho antes de la última elección. Por más incendiaria que sea la letra de la nueva 'We're From America', líneas como "we're from America, it's where Jesus was born" (somos de América, es donde Jesús nació), "we don't believe in credibility, because we know we're fucking incredible" (no creemos en la credibilidad, porque sabemos que somos malditamente increíbles) o "wanna be a kiiíer with a gun so they call me a hero" (quiero ser un asesino con un arma para que me digan que soy un héroe) ya las habíamos visto antes, salidas de la boca del mismo Marilyn. Más que vigencia, eso habla de la importancia que ha tenido este auténtico personaje durante todos los años previos a este cuasi descalabro social previo a las elecciones. Manson el hijo más ingrato y odiado de EEUU, pero hay miles y miles que no pueden dejar de seguirlo.
Pero volvamos a la dupla Marilyn-Twiggy. Esta amistad que tantos frutos le otorgó a la banda, y que ha vuelto a mostrarse en buena forma.
"Hay un último factor determinante para que él haya vuelto conmigo". Díce Manson. "Tuve la fortuna de ir al show de reunión de Led Zeppelin. La gente sabe que yo nunca fui tan de ellos como lo soy de Bowie o de The Beatles. Pero aún así, ahí estaba yo, junto a Evan, mi novia. Y cuando comenzó a sonar 'Stairway to Heaven', miraba al escenario y veía a 2 tipos que se miraban a la cara y sentía esa conexión entre ellos que decía: 'la puta madre, escribimos 'Stairway to Heaven, ¿puedes creerlo?'. La canción más famosa del rock and roll. Entonces miré a Evan y a Tony Ciulla. (Su manager) y les dije: '¿saben qué? Quiero estar en un escenario y poder mirar a Twiggy a la cara para poder decirle '¡la puta madre, escribimos 'The Beautiful People'!'. Quería tener esa opción. Y esa imagen fue fundamental".
Continuando con esta historia, lo que quedaba era restablecer los lazos. Como el mismo vocalista narra, "decidí llamarlo y fue como: 'hey man, vuelve a la maldita banda'. Él me dijo: 'ok, lo haré. Pero tenernos que llevarla a otro nivel'. Yo sólo respondía: '¿crees que te habría llamado si no pensara lo mismo?'. Y así fue en realidad".
Ante la ausencia de Twiggy. El compañero de Manson el último tiempo había sido el bajista Tim Skold, quien abandonó el conjunto abruptamente a fines de 2007. Con Skold hizo "Eat Me, Drink Me", el álbum que concentra las penas de amor tras su divorcio. Más que un manifiesto artístico, aquello terminó convirtiéndose en una terapia de sanación para Manson. De la cual no se arrepiente.
Todo cambió ahora. Porque así como después de la publicación de su grandes éxitos en 2004, Manson perdió el vigor para mantenerse rodando en el planeta rock, la energía de su nueva música lo pone en inmejorable posición para reaventarse, otra vez, y así alcanzar a las nuevas generaciones.
Por eso aclara que "éste no es un disco que pueda tener una carátula negra, con un título homónimo y decir que es mi placa más madura. Creo que mi vida terminó y volvió a empezar. Son un montón de canciones que suenan muy terminales, pero a final de cuentas deja una sensación casi optimista... aunque esa es una palabra muy extraña para usar. Es como una resurrección".

CÓMO TERMINAR ARRIBA
Nadie quiere perderse este renovado sonido de Manson. Es que quienes recordamos cómo tenía de loco al mundo hace 10 anos, no podemos más que aplaudir la iniciativa de reencontrar aquella magia. No sólo ese sonido, ni ese nivel de controversia. Esa "magia". Algo que vuelva a desordenar este soporífero final de década.
Ajeno a las pretensiones de todos los grandes nombres que han adornado portadas estos meses en el hemisferio norte (Green Day, U2, incluso Dylan), Manson sigue viviendo en su propio mundo, desafiando a la industria a su manera, confiado en que sus talentos siguen intactos, contrariamente a quienes lo veían en franca decadencia.
Ajeno a las pretensiones de todos los grandes nombres que han adornado portadas estos meses en el hemisferio norte (Green Day, U2, incluso Dylan), Manson sigue viviendo en su propio mundo, desafiando a la industria a su manera, confiado en que sus talentos siguen intactos, contrariamente a quienes lo veían en franca decadencia.
"Este disco tiene mucho de revancha, de saldar deudas. No tiene nada que ver con lo que fue, por ejemplo, el enfoque en "Antichrist". He tenido que hacer entender a varios de mis amigos que éste sigue siendo el Manson loco, así como sigue siendo el Manson loco pero que también te hacía reír", confiesa Marilyn.
Así se explica la historia del primer single de "The High End of Low", por ejemplo. Hablamos de la ya mencionada 'Arma-Goddamn-Motherfucking-Geddon', que Manson confiesa haberla escrito sólo para irritar a su casa disquera. También destaca 'Into the Fire', que según Manson. "es sobre la inhabilidad para encontrar el amor, por lo que por lo general terminas destruyendo el amor que rodea a todo el resto de las personas. Es la historia de mi vida. Se supone que sería la última canción del disco". Se suponía. Pero no lo es.
"No lo fue, claro- Llegó el 4 de enero, estaba por llegar mi cumpleaños (40 años) y canté 75'. No tenía ningún texto para la canción y canté exactamente lo que se me ocurrió en ese instante. Fue concebida como ese tipo de canciones que suenan en el cine mientras aparecen los créditos y todo el mundo abandona la sala. Cuenta la historia de ese día. Es el tema más inusual que haya escuchado", remarca nuestro último rockstar.
Quizás sea ese "armado sobre la marcha" el que distancia de mayor manera a "The High End of Low" de todos los otros trabajos de Marilyn Manson. Porque en casi todos (empezando con "Antichrist" y "Mechanical") existía un extra que unificaba todas las composiciones. Los discos de MM no suelen ser una "colección de canciones", categoría donde sí podría entrar esta nueva entrega.
Aunque según el propio autor, esto no es tan así. Al menos, al interior de su cabeza. Porque así como se dijo que "Eat Me. Drink Me" mostraba su lado más "humano" (si ese calificativo sirve en su caso) y emocionalmente involucrado con su vida, "The High End of Low" sería en el que Manson más se ha guardado para sí mismo.
Anécdotas que respaldan esta teoría, sobran. Como que escribió todas las letras del disco en las paredes de su pieza; o que durante todo lo que duró la grabación del álbum estuvo concentrado en sacar un montón de fotos para que el arte de su lanzamiento pudiera representar a cabalidad todo lo que se vivió en la grabación.
Quizás es por eso que Marilyn ve este disco "como una película, seguramente porque yo la dirigí. Dejé de separar la vida real de lo no real. ¿Por qué no puede ser todo una gran película?". Una cinta que, seguramente, ninguno de nosotros podrá ver, pera que en la cabeza de su creador, es suficiente para justificar su sensación una vez concluido el proceso de grabación.
Pero siendo justos, Manson no se ha quedado corto a la hora de expresar sus ideas en determinado momento. Ahora, en cambio, su principal objetivo era completar el álbum, nada más. Es más, ha declarado que "las canciones aparecen en el orden en que fueron escritas y grabadas. Estaba escribiendo una historia que ni yo mismo sabía qué era, hasta que la terminamos. Este disco dejó muchas cicatrices".
Manson siempre dejó cicatrices. Los últimos rasguños que MM dio fueron a raíz del vacío que tenía para el puesto de guitarrista en la gira. El trabajo lo venía haciendo Wes Borland, quien decidió retornar a la banda que lo hizo popular y con la que tantas veces se peleó, Limp Bizkit.
A Manson esto no le cayó bien. No tanto por el odio que tenía hacia LB. Sino porque el mismo Borland había dicho que nunca volvería. "Si la razón es únicamente el dinero... Prefiero prenderme fuego en el p... que participar de algo que odio" declaró a Kerrang!, dejando en claro también que para Wes las puertas de su banda estarán por siempre cerradas.
Con 15 años tobando miradas y generando ilusiones, lo cierto es que a Marilyn Manson no le interesa abrirle la puerta a nadie que no esté a la altura de lo que él pretende mostrar. Ni siquiera al público. "Cuando hago un show o me voy de gira -dice Marilyn-, no armo mi set pensando en que eso inspirará a nuevas personas, sólo porque son canciones pegajosas. Ya no. Tocamos simplemente lo que creemos que hará más emocionante la experiencia y pueda tocarla vibra de todos los que están ahí".
Ahí está. Eso es precisamente lo que sigue haciendo interesante y atractivo a Marilyn Manson. A la banda y al personaje. Porque nunca hicieron concesiones y porque ahora, que la mesa estaba servida (Twiggy incluido) para aprovechar de inclinarse ante la Diosa Industria, tampoco las harán.
Porque cuando todos se burlaron y/o espantaron de su "satanismo" en "Antichrist", él respondió con "Mechanical Animáis", y cambió el traje de diablo por el de travestí, en un gesto que nadie entendió y en un disco que nadie valoró. Y a más de 10 años de aquella dupleta, nunca nadie fue capaz de repetir un disco tan glamoroso como ese.
Porque lúe de los que con más luria y valentía crucificó a su país natal y cuando todos tenían los ojos abiertos y comenzaron a seguir ese rumbo, él prefirió concentrarse en otras cosas. Y porque siguen apareciendo sabios que insisten en que "se le acabaron las ideas". Ante estas marejadas de oportunismo, Manson les pone punto final. Con el mismo desprecio de siempre. Por eso sigue siendo relevante. Porque no le importa.
Y porque no hay otro como él.
Fuente: Rockaxis, Final Beast y la evidencia



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